Otro día nos encontramos deprimidos, nada nos funciona, todo anda mal y parece que el mundo entero está en nuestra contra. Y así vamos subiendo y bajando en una montaña rusa de sentimientos que parece no tener frenos.
Hasta que algo cambia. Frente a ti tienes ese tesoro que has deseado siempre. Brilla cual estrella en el firmamento. Lo tocas y es tal como lo soñaste. Te hace inmensamente feliz. Pero... la vida siempre tiene peros. No puedes llevarlo contigo en este momento.
Como no lo estabas esperando (lo soñabas, lo buscabas, pero en realidad nunca esperabas que realmente apareciera) tienes que decidir qué hacer con los proyectos que emprendiste y que tienes a medio camino. Estos proyectos también forman parte importante de tu vida, pero el tesoro que tienes delante siempre había sido tu prioridad. ¿Qué haces?
Muchas personas se precipitarían y tirarían por la borda sus proyectos anteriores, abrazarían su tesoro y no lo dejarían ir. Otras se marcharían dejando el tesoro detrás porque ya no se ajusta a su estilo de vida. Estas personas piensan en "blanco y negro". No se dan cuenta que la vida no es sólo extremos. Que tienen más opciones de las que están a simple vista.
Por otro lado, tenemos las personas que piensan "en escala de grises" y las que razonan "a todo color". Ambas miran más allá de las apariencias y se dan cuenta que hay más opciones. La diferencia es que los grises ven las opciones pero tienen miedo de actuar (Pueden ir y terminar sus proyectos y luego volver por su tesoro, pero qué pasa si alguien más lo encuentra y lo toma. También podrían llevarse el tesoro pero sería una carga muy grande que no les permitiría terminar con sus proyectos)así que terminan conformándose con una de las primeras opciones, las que tomaría un “blanco y negro”.
Los que reflexionan “a todo color” llegan a la conclusión que ambas partes (sus proyectos a medias y el tesoro) son importantes dentro de su vida y serán infelices si no consiguen ambas cosas. Pueden llegar a verse como personas ambiciosas, pero también se dan cuenta que ese tesoro que tanto buscaban, ese tesoro que está hecho a la medida de sus necesidades, que salió de la nada y que ahora tiene en frente, es sólo suyo, nadie más puede quitárselos. Así que emprenden su viaje para terminar lo que habían comenzado antes, siempre manteniendo un ojo sobre su tesoro.
No podemos olvidar que la vida nos juega bromas pesadas, así que aún cuando pensemos con arcoíris, si encontramos un tesoro no podemos solo descuidarlo y pensar que estará ahí para siempre. Sí, es nuestro. Sí, nadie más puede tomarlo. Pero ¿qué le pasa a las cosas que no cuidamos? Se deterioran, dejan de funcionar, terminan desapareciendo. Nuestros tesoros tienen la capacidad de desaparecer tan fácil como aparecieron. Y sé que parece una contradicción a todo el palabrerío de arriba, pero nadie dijo que la vida era fácil.
Dependiendo de las prioridades que tengamos en la vida, cada quién tendrá un tesoro diferente. Puede ser una persona, un objeto, un estilo de vida, hasta un tenedor. Si te hace la persona más feliz del planeta, es tu tesoro.
El caso es que yo encontré mi tesoro. No lo estaba buscando, en realidad pensaba que no existía, y un día, en medio de un baile !puff! apareció. Algún día les contaré la historia y muchos pensarán que comenzó antes de cuando en realidad pasó. Pero la verdad es que no me lo esperaba. Sólo sé que ahora mismo, en este instante de mi vida mientras estoy lejos de mi país (y de mi tesoro) completando uno de mis sueños, soy la persona más feliz del mundo, porque lo tengo a él.
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