Contra Viento y Marea

Dicen que no hay mal que por bien no venga… bueno, el bien que me espera tiene que ser biennnn grande.

Luego de 44 horas de viaje (contando desde el momento en que el avión despegó en el AILA) no me queda de otra que tirar la moneda y esperar que la suerte este de mi lado, o por lo menos que uno de mis supervisores de la isla se apiade de mi y venga a recogerme.

Para que rayos existen los sponsors! Se supone que ellos están a cargo de ti mientras estés en USA. Bueno, pues los míos parece que se dieron un jumo la semana pasada y se olvidaron de sus responsabilidades. Aquí estoy sentada en un banco de la parada de autobús, sola, sola, solita, porque esas mujeres no se fijaron que cuando mandé mi información de llegada les dije (subrayado, en negrita, doblaito y en letra grande) que llegaba el 27… o sea hoy… MARTES. Pues cuando me bajo de la guagua que no veo a nadie, las llamo, y me dicen que ellas pensaban que yo llegaba el lunes, porque se SUPONE que son los lunes que se llega.

COMO QUE LOS LUNES! Y POR QUÉ NO ME DIJERON ESO CUANDO MANDE EL ITINERARIO LA SEMANA PASADA. “Esa información la tiene la agencia” fue su respuesta. Claro que la tiene: se la mandaron después de que yo llamé.

Dos horas después estaba siendo rescatada por Valerie, de Housekeeping. Y ahora a las 7 y 15 de la tarde… porque el sol está afuera, estoy sentada en mi casita, porque llegué EN CONTRA DE LA CORRIENTE! Ni Marc Anthony me gana.